El Hombre es Persona

Por Guille Elizondo

Todas las ciencias que buscan la definición de “hombre”, aunque claramente opuestas, coinciden en que se trata de un ente problemático, un misterio y un ser “especial.  

Tal es el caso de la antropología que desembocó en dos corrientes: una científica y otra filosófica, quienes teniendo el mismo tema de interés, “el hombre”, lo estudian a partir de diferentes puntos de vista.

La antropología científica se apoya en los datos de las leyes naturales y toma como realidad lo que existe y puede ser verificado. Busca las causas próximas, las más cercanas al efecto.

La antropología filosófica es empírica, trabaja sobre los datos que las ciencias le presentan sobre la realidad, y busca las causas últimas, las más lejanas al efecto.

Es decir que el saber científico proporciona material para la elaboración filosófica; los datos que los científicos dan de la realidad, la inteligencia los eleva a nivel de radicalidad filosófica, esto no es que la antropología filosófica trabaje sobre los datos científicos sino que trabaja sobre la realidad que le presentan las ciencias en sus datos.

Por lo tanto, ciencia y filosofía se unen y complementan para buscar conocer y explicar la realidad, en este caso para darnos una definición más completa de lo que es el “hombre” en su totalidad.

De ambas corrientes, y de algunas otras disciplinas han surgido infinidad de maneras de definir al hombre, quedando la palabra “hombre” limitada a un ser vivo con inteligencia o con algún otro calificativo. Por ejemplo,  Gusdorf dice que “el hombre es un animal parlante” o Landman quien dice que “el hombre es un animal representativo”, y Unamuno que dice que “el hombre es un animal enfermo”, esta y otras definiciones  se quedan pobres ya que el hombre es una realidad y como tal más que una definición necesita de una descripción por todo lo que en sí mismo encierra. 

José Ramón Sanabria, sin seguir las leyes de la lógica aristotélica, describe al hombre como el viviente que tiene la capacidad de reflexión (auto transparencia), de auto posesión (libertad), de comunicación y de auto trascendencia, encerrando así todo o casi todo lo que es el hombre en sí.

Por otro lado hay autores que utilizan otras palabras para denominar al hombre nombrándolo persona o individuo.

«Persona es un hombre que piensa, actúa y existe, es unidad compuesta de cuerpo y espíritu, es sustancia individual de naturaleza racional» (Boecio 700 a. C.)

Espíritu es cuanto más él mismo, más conciente, es decir que la conciencia es una actividad del espíritu más no su vida y que actúa de tres maneras:

  1. Por medio de la razón que es la que le da conciencia de lo universal.
  2. Por la reflexión que hace del todo en sí mismo.
  3. Por medio de la apreciación, que reconciliando las dos anteriores establece su propia escala de valores, mismos que  perfeccionan al hombre y van en busca de su propio bien.

Jaques Martillan (filósofo francés) dice lo siguiente:

El hombre como individuo constituye un universo aparte y es un todo independiente.

El hombre como persona es parte de una estructura social y está ordenado al bien común.

Al ser el individuo un ser único en la particularidad de su existir, concreto e indivisible en sí y separado de los demás, se halla en relación con el entorno y entre sí y se distingue de los demás por tener cada uno su propio tiempo, espacio, origen y destino.

Por lo tanto, el hombre es persona, es decir individuo de una especie en particular, individuo al cuál lo acusa su personalidad y en base a su inteligencia y libertad es sujeto, sujeto de deberes y derechos de acuerdo a la situación en que se encuentre.

Por último quisiera agregar que es responsabilidad de cada individuo, lo que ejerce con su libertad, Dios nos crea semejantes a todos, dotados de inteligencia para construir conocimiento, a todos con memoria para construir recuerdos, dotados así de toda una serie de dones que será el alma la que los conduzca a través de la mente y la razón a llevarlos al fin último que cada quien se propone. 

Todo hombre es como un cheque firmado en blanco por Dios.

Nosotros mismos escribimos en él la cifra de su valor con nuestro merecimiento.

amado nervo_saberser

Amado Nervo

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